LA ESQUINA CALIENTE
LA PASANTE MÁS FAMOSA DE LA HISTORIA

Lo de meterse con un jefe no era nuevo. Pero meterse con el presidente de los Estados Unidos y que internet hiciera pedazos tu vida por eso, sí. A sus 20s, a Monica Lewinsky le tocó estrenar el primer bochinche viral de la era digital. Entró a la Casa Blanca como pasante y terminó con su nombre rebotando por todas partes. 

Esta semana, su aparición en el podcast estadounidense Call Her Daddy nos tiene recordando uno de los escándalos más famosos de la política y cultura pop gringa. Con un público más abierto a escucharla, Monica está a punto de lanzar su podcast Reclaiming with Monica Lewinksy (Reclamando con Monica Lewinsky), sin miedo al éxito. Y aquí, te vamos a dar el contexto completo.

Antes del lío

Monica Samille Lewinsky nació el 23 de julio de 1973 en San Francisco, California. Con un padre oncólogo y una madre autora, creció como niña de papi y mami en Beverly Hills, donde hizo sus estudios de bachillerato. Mientras trabajaba en el departamento de teatro de Beverly Hills High School, fue a Santa Mónica College. Ahí, supuestamente empezó una relación con Andy Blaire, quién estaba en una relación con otra persona. 

Estuvieron juntos durante cinco años y ella llegó hasta a ser niñera de su hijo. Fuerte, la cosa. En 1993, se fue para Lewis & Clark College en Portland, Oregón, donde se graduó con una licenciatura en Psicología en 1995. Ese mismo año, amistades de su familia le consiguieron una pasantía no remunerada en la oficina de Leon Panetta, Jefe de Gabinete en la Casa Blanca.

En ese entonces, Monica conoce a Bill Clinton, quien ya tenía su fama. Paula Jones lo había acusado de pasarse con ella cuando trabajaban juntos mientras él era gobernador de Arkansas. Clinton era un hombre carismático, buen mozo, y claro, el presidente de los Estados Unidos. Monica se afició de una vez. 

22, una bebé

Monica se propuso ser algo más que una pasante para conseguir un carné que la dejara andar la Casa Blanca con más facilidad y acercarse al presidente. En diciembre de 1995, lo logró al ser promovida a un puesto remunerado en la Oficina de Asuntos Legislativos. 

Lewinsky, 22, y Clinton, 49 empezaron una relación que duró 18 meses. Él la llamaba a su oficina y le hacía regalos. Entre noviembre 1995 y marzo de 1997, sostuvieron nueve encuentros sexuales limitados a sexo oral y otras cositas, pero nunca el proceso completo. En las propias palabras de Monica, no hubo agresión sexual. La relación fue consensuada, aunque con una diferencia de edad (y de poder) notoria. 

En 1996, los supervisores de Monica se dieron cuenta de su cercanía con el presi, y la mandaron a trabajar para el Pentágono. Pero eso tal vez fue lo peor que le pudo haber pasado. Se hizo amiga de una compañera de trabajo llamada Linda Tripp, con quien se puso de boca floja a contarle todo sobre su relación clandestina.

Linda, quien le tenía dema a los Clintons, empezó a grabar las conversaciones entre ambos. También la convenció de guardar los regalos que le hacía el presidente y de no lavar un vestido que usó durante uno de esos encuentros triple X. Monica salió del Pentágono a finales de 1997, y negó bajo juramento haber tenido una relación física con Clinton en el caso de Paula para ayudarlo a salir con bien de ahí. Ella estaba enamorada de su viejevo. Pero Linda le entregó las grabaciones al fiscal Kenneth Starr, quien ya tenía una investigación en curso contra Bill. Bobo.

La mala de la película

La bomba explotó en enero de 1998, dando inicio a uno de los escándalos más conocidos de la historia. Clinton salió a lavarse las manos como Poncio Pilato y dijo en una conferencia de prensa (y bajo juramento) que “nunca tuvo relaciones sexuales con esa mujer, la señorita Lewinsky”. Hasta le dio a la mesa y todo. 

Con un presidente querido negándolo todo, una esposa (Hillary Clinton, hola) diciendo que todo era un plan para tumbar a su esposo y un gobierno entero manejando la narrativa, a sus 24 años, a Monica se le cayeron todos los palitos. Tuvo que durar meses escondida en el apartamento de su madre y entregar el vestido aquel para conseguir inmunidad. Por lo menos sirvió para algo.

Bill Clinton fue a juicio político por perjurio y obstrucción a la justicia, pero salió ileso. Y su matrimonio con Hillary sigue en pie hasta el sol de hoy. 

Sobre Monica, los medios dijeron de todo: que era una persona inestable, acosadora, y hasta que estaba muy gorda y fea como para que la estuvieran seduciendo. Los hombres se dieron vida haciendo chistes crueles y las mujeres se esmeraron creando insultos para ella por estar de robamaridos. 

Según cuenta Monica en el podcast Call Her Daddy, el nivel de la cobertura en medios ese primer año fue apoteósico. Dijo que solo el periódico The Washington Post publicó 127 artículos en 10 días sobre el escándalo. Que en comparación con lo rápido que se mueven las noticias hoy, suena imposible que duren tanto batiendo la misma… sopa.

Después del lío

Claro está que la vida de Monica cambió para siempre. Todo ese escrutinio, todos los insultos y las consecuencias de esa relación la llevaron al borde de la locura. Hasta intentó quitarse la vida, aún estando bajo tratamiento psicológico. 

Al principio trató de sacarle provecho a sus 15 minutos de fama. Colaboró con la publicación del libro Monica’s Story, donde detalla su versión de los hechos. Lanzó una línea de carteras y salió en anuncios de televisión, pero nada de eso cuajó. También dio varias entrevistas, incluyendo una con Barbara Walters, con más de 70 millones de espectadores. 

Eventualmente, se fue para Inglaterra en 2004 a hacer una maestría y cuando regresó nadie la quería contratar. Se mantuvo bajo perfil, fuera de la vida pública, porque ni modo. ¡Ah! Y en 2008, Hillary entró en campaña presidencial con Barack Obama, reviviendo el escándalo. Para la desgracia de Lewinsky… 

El comeback

En el 2014, Monica sacó la cabeza de nuevo. Inspirada por el caso de Tyler Clementi, un jóven que se suicidó luego de recibir ciberacoso, decidió hablar sobre su experiencia con la humillación pública. Escribió un ensayo para la revista Vanity Fair, titulado Shame and Survival (Vergüenza y supervivencia), para una audiencia distinta que no había vivido el despotrique que le hicieron.

Con ese artículo, empezó su camino como activista contra el ciberacoso. Pasó a ser un símbolo de resiliencia y hoy en día su nombre es sinónimo de conversaciones difíciles sobre el abuso de poder y el consentimiento. Ha dado charlas virales, participado en campañas contra el acoso y trabajado en la producción del documental 15 Minutes of Shame y la serie Impeachment: American Crime Story.

En 2024, fue el rostro de una campaña de la marca Reformation y ahora llega para lanzar su podcast Reclaiming with Monika Lewinsky, para invitar personas que han enfrentado situaciones difíciles de manera muy pública. A sus 51 años, no está casada, no tiene hijos, ni le gustan las aplicaciones para citas, pero está mucho mejor que antes. 

Aunque algunas metidas de pata son mucho mayor que otras, definitivamente siempre se puede salir a camino. Ojo, no es para que vayas a meterte en una relación tóxica con una persona casada ahora tampoco. Monica no lo recomienda.

EL POST DE LA SEMANA
EL BUKI BAILANDO NOT LIKE US 

Si viste este video en redes, te contamos el contexto. Todo comenzó cuando alguien subió un video de Marco Antonio Solís bailando El Celoso en uno de sus conciertos recientes, pero le puso la canción Not Like Us de Kendrick Lamar de fondo. Aunque es la misma coreografía que ha hecho por años (la canción salió en 1999), a alguien le pareció similar al baile de Kendrick en el Super Bowl 2025 y lo subió a TikTok como un meme.

El video se fue viral. El Buki lo vio, lo compartió y lo llevó al escenario. En su concierto en Argentina, todo iba normal con El Celoso, hasta que la música se cortó y arrancó Not Like Us. Y sí, lo bailó. No fue edición, no fue IA, fue 100% real. El Buki demostró que está más actualizado que muchos y que está activo en TikTok a sus 65 años (o su equipo de trabajo hihi).

Esto pasó en plena gira Más Cerca de Ti, que ya recorrió Chile y Argentina. Ahora sigue su camino por América del Sur antes de llegar a Santo Domingo el 15 de marzo en el Estadio Quisqueya.

DALE PLAY A
LO NUEVO

Maria Callas | Italia, Alemania, Chile y EE. UU.

The monkey | Estados Unidos

Los Perez Osos | Australia

Paradise | Estados Unidos

LA ESTRELLA DE LA SEMANA
MICHELLE TRACHTENBERG

Si te dicen "Michelle Trachtenberg", probablemente te tome un segundo ubicarla. Pero si mencionan a Dawn Summers de Buffy, la cazavampiros o a Georgina Sparks de Gossip Girl, de inmediato sabes quién es. Su nombre real pasó desapercibido para muchos, pero sus personajes quedaron grabados en la memoria de quienes crecieron con esas series. No protagonizó todo, pero no le hizo falta para ser inolvidable. 

Nacida en Nueva York en 1985, empezó en la actuación desde niña. Su primer gran papel fue en Harriet the Spy (1996), donde interpretó a una aspirante a detective en una historia que se volvió un clásico de los 90. Luego pasó por The Adventures of Pete & Pete antes de llegar a Buffy, donde fue Dawn Summers. Años después, salió en Gossip Girl con Georgina Sparks, un personaje muy amado y odiado por muchos. 

Su muerte a los 39 años ha dejado en shock a los millennials, porque aunque no se hablaba todos los días de ella, siempre estuvo ahí, en esas series y películas que definieron su adolescencia. Se fue demasiado pronto, pero deja personajes que siguen vivos en la nostalgia televisiva de toda una generación.

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Ya que nos vamos despidiendo de este mes, queremos saber 🇩🇴

Nos leemos el viernes que viene… o quizás antes hihi 👀